Púshkar, “flor de loto azul” en hindi, es una ciudad sagrada en el estado de Rajasthan a unos 10 km al noroeste de Ajmer y a unos 150 kilómetros al suroeste de Jaipur. Hay varias formas de llegar, pero todas pasan por Ajmer. Nosotros lo hicimos en autobús.
La ciudad de Púshkar es conocida por ser uno de los principales sitios de peregrinación para hindúes y sij, dos de las religiones principales del país. Es uno de los cinco dhams (lugares sagrados de peregrinaje para los hinduistas devotos). Su origen legendario se debe a que los dioses dejaron libre un cisne con un loto en el pico, y allí donde el cisne dejara caer el loto, el dios Brahma haría un ritual de oblación.
Otro de los motivos que pone a Púshkar en el mapa, es su feria anual de camellos y ganado, la cual se lleva a cabo durante siete días durante la estación de otoño. Entre octubre o noviembre según el Kartika Purnima y el calendario hindú.
Otro de sus grandes reclamos, sobre todo para extranjeros, es su bullicioso bazar, en el que puedes encontrar todo tipo de prendas, textiles y accesorios de plata. Esto es por lo que fabricantes textiles y distribuidores de todo el mundo acuden a Púshkar a buscar género.
Templos y Ghats de Púshkar
La mayoría de los templos y ghats en Púshkar son del siglo XVIII y posterior y, aunque muchos templos fueron destruidos durante las conquistas musulmanas en la zona, muchos de ellos se han vuelto a construir años más tarde.
Pushkar tiene 52 ghats alrededor del lago, cada uno construido para un Rajput Maharaja, que solía adorar y respetar a sus deidades locales y otros dioses hindúes. El Gau Ghat es famoso porque las cenizas de Mahatma Gandhi, Jawahar Lal Nehru y Lal Bahadur Shastri se dispersaron en este punto.
El Templo de Brahma
El más importante es el Templo Jagatpita Brahma Mandir. No tanto por su espectacularidad o arquitectura si no porque es uno de los pocos templos dedicados a este dios en toda la India.
El templo Savitri Mata
Este templo se encuentra en lo alto de una de las colinas que encierran el lago y pueblo de Púshkar. Se reconoce fácilmente por el teleférico que sube hasta la cima (menos de 100 INR por trayecto), pero vale la pena hacerlo a pie. Verás personas de todas las edades ‘dándolo todo’ por llegar arriba.
La entrada al templo es gratuita y las escaleras infinitas, pero vale la pena subir para contemplar la ciudad y toda la región a vista de pájaro. Recomendable hacerlo a primera o última hora para que coincida con la salida o puesta de sol, la experiencia es impagable 😉
Atención: Subas cuando subas, ojo con los monos que están por todas partes. En otros sitios hemos visto que hasta te ofrecen palos para ahuyentarlos si la situación lo requiere.
El lago de Púshkar
El lago, el atractivo principal de esta localidad, está emplazado en el centro. Muchos locales (hoteles, restaurantes, etc.) o los mismos ghats son un sitio perfecto para contemplarlo. Nosotros lo hicimos, la mayoría de las veces, desde el Doctor Alone Hostel, donde pasarás un rato genial con su ‘Doctor Especial Lassi’ 😀
Este lago artificial se creó de forma posterior para conservar la tradición, para ver el original (mucho más pequeño), debemos alejarnos un poco hacia las afueras de la ciudad.
Dar un paseo rodeando el lago cuando ya ha caído el sol (descalzo, eso sí) aporta una sensación de tranquilidad, bienestar y relax incomparables. No sabríamos decirte que es lo que tiene esta ciudad, pero sin duda es poner un pie en ella y salir de golpe de todo el caos que reina en otras partes.
Cómo llegar a Púshkar
Las mejores opciones para visitar la ciudad sagrada es ir en bus desde Jaipur (solo las compañías privadas de bus hacen este trayecto directo, pero puedes reservar por internet y no te costará más de 200 – 250 rupias por persona).
Otra opción disponible es llegar en tren o en bus hasta Ajmer, la ciudad más cercana, y de ahí coger un bus o un taxi hasta Púshkar (unos 15 km).
Qué hacer en ciudad sagrada de Púshkar
Ver atardeceres
Una de las cosas que tienes que hacer si estás pasando unos días en la ciudad sagrada es ir a ver el atardecer a una de las dos colinas que se ven desde cualquier punto de la ciudad y se distinguen por sus templos en lo alto. Se trata de dos templos ubicados uno a cada lado del lago y de donde se aprecia una vista panorámica incomparable de toda la ciudad.
También es toda una experiencia acercarte a ver el atardecer en uno de los ghat del lago (el conocido como “Sunset Point”), donde se junta todo el mundo y donde además podrás disfrutar de una performance muy entretenida. Durante la caída del sol, malabaristas, equilibristas, músicos, artistas y otras ‘criaturas de la noche’ lucen sus encantos a los curiosos que se aposentan en las gradas.
Tomar selfies y fotos es el pasatiempo de mucha gente de por aquí, y es que el decorado invita. Eso sí, respeta los espacios sagrados, las indicaciones y no seas grosero.
Comer pizza en el restaurante La Pizzaria
Pizzas que además de estar deliciosas y tener una buena variedad, son de un tamaño considerable. El sitio no es nada caro, por unas 280 rupias de media tienes una pizza para dos personas buenísima (3-4 euros).
Hacer unas compras por las calles del bazar
Son infinitos los puestos donde comprar todo tipo de textiles, entre los que destacan los vestidos típicos de las mujeres indias, los sharis y las pashminas. También podrás encontrar una gran variedad de ropa de todo tipo que puedes encontrarte a precios muy asequibles, en función siempre de la calidad y el género. Los precios de las pashminas por ejemplo rondan entre los 400 y las 1.500 rupias indias (de 5 a 20 euros). Y si vas a estar un tiempo en India te acabará resultando un accesorio indispensable.
También hay muchos puestos de piedras con los que conseguir preciosos colgantes, pulseras, anillos y todo tipo de bisutería.
Comer una tortilla de patatas, huevos estrellados o “Pa amb tomàquet” en Laura’s Café
Con unas vistas privilegiadas al lago, es un lugar ideal para descansar de la gastronomía india y disfrutar de platos como la tortilla de patatas, los huevos estrellados, el “Pa amb tomàquet” o unas bravas. Te diría que te sentirás como en casa, pero sería mentira. Pues el consumo de carne y alcohol está prohibido en la ciudad.
